miércoles, 4 de noviembre de 2009

Barrio

Primera vuelta: reconocimiento.

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Es necesario descifrar las imágenes dentro de las casas.

Barra, espacio, barra, espacio, barra…

detrás estoy escribiendo lo que el Vigía hará.

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Vuelta de cuadra, nueva estrofa.

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Juegos de luces a puertas abiertas,

el sosiego es la televisión con el volumen fuerte.

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Tres casas adelante, contra un portón

un perro ladra

y el vigía apura el paso.

La seguridad tiene forma animal.

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La calle ofrece otras postales, un sueño deportista.

Alguien ha pateado la pelota,

el viento simula el movimiento de una red.

El Vigía volvió a ser joven

-todavía odia el fútbol-.

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Dos renglones abajo, he escrito.

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El Vigía dobla la esquina,

la avenida le enseña un nuevo rictus,

aprende la velocidad de una ciudad

y cree que el progreso se mueve al ritmo del reguetón.

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Vuelta de hoja.

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Ha llegado al lado eterno de la manzana.

Los monoblocks son la fotografía del barrio,

la infancia que perdura trepada en las tapias,

entre declaraciones escritas en las paredes.

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Plantas y rejas,

de fondo dejaron dos ventanas abiertas a la calle.

Discos sobre libros,

cuadros que hacen de cimientos,

cuadros sobre libros, libros sobre libros.

En todo arte hay un anhelo de salvación.

Esta casa respira.

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De vuelta al comienzo. Hoja nueva.

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Barra, espacio, barra, espacio, barra…

El Vigía me ha mirado la cara,

en su mano tiene una muerte inventada para mi.

He soltado la lapicera, he dejado de escribir,

pero él se mantiene, sigue siendo.

Su ofrenda ha pasado de la mano hasta la mesa.

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Barra, espacio, barra, espacio, barra…

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La voluntad vertical

El círculo contiene la retórica imagen.
Un hombre toma la mano de su reflejo,
compone un cuerpo,
y comienza el dibujo inicial
que define el borde del caos.
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¡Has nacido, te he nacido!
Tu existencia me pertenece
en la forma peregrina del hombre.
No serás la suma de las cosas,
ni la confección del barro,
ni el mono que se aventura en dos patas.
Vas a cargar con la historia
y ser la condena de los pecados de la humanidad.
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No hay nada de especial en esto:
Aprende a sufrir,
pelea, destruye,
impone tu fuerza,
mantente escondido,
genera miedo
y suplica clemencia el día de tu muerte.
Porque yo soy la suma de las cosas,
la razón del cosmos,
el sostén del cielo.
Yo soy la figura primigenia de la voluntad vertical.

lunes, 11 de mayo de 2009

Tupiza

Aquí el horizonte es una tregua,
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la ofrenda de todas nuestras muertes al viento.
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Un viaje en tren desde un pueblo desolado .
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a uno incierto. .
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Para nosotros, los extraños, .
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todas las ciudades se parecen .
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en lo lejano de su construcción, .
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en la piedad invertida de dios .
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que nos arrastra desnudos
.
por la tierra.

jueves, 9 de abril de 2009

Narciso y el barro

En el borde de la tarde
una sombra de aceite ha cubierto el canal.
Nada parece mantenerse a flote.
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Caracoles de vidrio se arrastran por el fondo.
Bolsas de plástico imitan el movimiento de los peces.
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De todo esto se alimenta Narciso.
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Mientras mira las algas que le adornan las piernas,
siente que la vida es la danza de los renacuajos,
el espectáculo de la pobreza que nada en calzoncillos.
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En estas aguas,
Narciso se ha vuelto
la flor que resiste el paisaje.
Sus pies forman el barro de origen
sobre el que no volverán sus pasos.

viernes, 6 de marzo de 2009

Instrucciones para escribir los márgenes

Escriba desde el límite,
marchite con asfalto las flores.
Aprenda los nuevos designios del mundo,
escriba sucio.
Unte betún en su mano derecha
ráspese los codos contra el zócalo,
camine la calle,
sea la calle.
Ponga el lente de su cámara en los baldíos,
llene de escombros su paisaje.
Tome lo roto del cuerpo
y déjelo en el cuerpo.
Por último, altere la simetría natural,
una los miembros al torso en sentido inverso,
-que su escritura sea brea-.
Porque en el margen
también hay poesía.

jueves, 5 de febrero de 2009

La tarde

------------------------------------------“No te alcanzará la vida para ver
-------------------------------------------cómo ese hombre mira la tarde.
---------------------------------------------El que contempla dura más”
----------------------------------------------------Leopoldo Castilla

¿Es el lienzo lo que inclina al hombre
a la percepción de las cosas,
o es que en su naturaleza existe
una atracción por las formas?
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En lo verde de la tarde,
arrastra su cuerpo hacia la luz
y piensa en las dimensiones de la materia,
el modo en que las cosas se reúnen,
que lo lleva a mirar la tarde
a perdurar.
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Quizás las cosas sepan más del orden
que este hombre que se sienta
e intenta lograr una imagen:
el cuadro que resuma su mirada,
la luz y la tarde.