viernes, 27 de enero de 2012

En la boca hueca

“Si no hay nada para decir, la muerte se parece al silencio”

Los aplausos lo encienden
y así comienza el juego,
muecas repetidas,
pirueta que ya no entretiene,
giro libre para
volver
al
inicio
sin
moretones.
Siempre
una palabra
que roce la superficie,
una palabra que no contagie,
que sirva de señuelo,
una boca hueca,
alargada en su propio ruido.
Nada de esto importa;
si el público se ofrece generosamente
el escenario queda resuelto.
El verdadero truco está
en repetir una franquicia
hasta creerla propia,
lo que se espera de uno
es similar a lo que no se es
y el resultado del poema
visita el barrio
y todo le indica que él se ha ido.